Antes de conocer las razones sociológicas por las cuales regalamos, aprovechamos a aconsejarte comprar como regalo camisetas personalizadas online, un regalo que no falla y es ideal para toda ocasión y para todas las personas.
Las razones por las cuales regalamos
Dar regalos es uno de los temas más antiguos en sociología. La entrega de regalos, después de todo, es un símbolo físico de una relación personal y una expresión de lazos sociales que unen a las personas.
Lejos de ser voluntario, el sociólogo francés del siglo XX Marcel Mauss argumenta que los regalos están vinculados con obligaciones estrictas. Negarse a dar, no invitar, al igual que negarse a aceptar, equivale a declarar la guerra; es rechazar el vínculo de alianza y comunidad, escribió en su ensayo de 1925 "El regalo". Un regalo es una muestra de una relación y un deseo de continuar esa relación y, al rechazar un regalo, la oferta de extender la amistad también se rechaza.
Solo damos regalos a aquellos con quienes deseamos tener una relación (no simplemente relaciones románticas, sino de cualquier tipo). Un regalo es entonces simbólico del valor percibido de esa relación y, para evitar cualquier tensión o incomodidad, los regalos deben devolverse de alguna manera. Esto significa que dar un regalo inevitablemente crea deudas.
Cada persona debe devolver el regalo de manera más o menos igual; dar muy pocos significa que subestimas la relación, pero dar demasiado puede avergonzarte. Si haces un regalo extraordinariamente costoso, también creas un desequilibrio extraordinario.
Este intercambio de regalos se puede resumir en la frase en latín: Do Ut des: "Doy porque espero que devuelvas algo".
Vemos tales actitudes entre familias y amigos, donde cada persona entrega regalos que valen aproximadamente el mismo precio. Este comportamiento es particularmente obvio en nuevas las relaciones amorosas, donde comprar un regalo excesivamente lujoso (o uno particularmente tacaño) podría enviar una señal incorrecta y causar malestar.
La reciprocidad de los obsequios está determinada por la "justicia distributiva", es decir que un donante experimentará incomodidad si la reciprocidad no se produce, pero lo hará sentir igualmente incómodo si recibe una reciprocidad perfecta, por ejemplo, si le dan un regalo a alguien e insisten en reembolsarle el costo exacto del presente en efectivo.
El saldo de la deuda nunca debe equilibrarse, porque un nivel perfecto de justicia distributiva es típico de la relación de intercambio económico más que social. El saldo continuo de la deuda, ahora a favor de un miembro, ahora a favor del otro, asegura que la relación entre los dos continúe, ya que la gratitud siempre constituirá una parte del vínculo que los une.
Un regalo no necesariamente tiene que ser cambiado por otro regalo. No es necesario reembolsar las cosas que se te entregan de manera material. También puedes ser amable o realizar algún otro tipo de comportamiento, entonces por ejemplo, alguien que no puede permitirse comprar un regalo a cambio podría ser especialmente cariñoso o útil.
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