La otra cara de la cuarentena
Alejandro es changador en las ferias, ayuda a descargar los camiones.
Arranca a las 5:30 y termina 14:30.
Se lleva para la casa $1200 más fruta y verdura.
Hace 15 días que no lo contratan para esa tarea porque se arreglan con los que están pues se vende mucho menos y hay menos cajones para bajar (es su único ingreso).
Marcela tiene una pequeña peluquería en la casa, hace 9 días tuvo que cerrar por falta de clientes y el tema sanitario (es su único ingreso).
Armando hace UBER pero el trabajo le bajó un 80% y no llega ni a pagar el alquiler (es su único ingreso).
Gabriela es empleada doméstica en una casa de Carrasco, siempre se llevaba una vianda para la cena con sus hijos. Desde hace 15 días está en seguro de paro cobrará el 75% de sus ingresos.
No le alcanza para darles de comer a sus hijos (es su único ingreso).
Pablo se vino de Vichadero hace 3 años, es el malabarista de Ricaldoni y Av. Italia, su destreza le permite llevarse unos mangos para pagar la pensión y comer junto con su compañera.
Ambos son estudiantes del ISEF.
Te cuenta que no recauda ni la tercera parte de lo que hacía hace un mes atrás (es su único ingreso).
Estos son algunos de los ejemplos de la llamada economía popular, ninguno de ellos pidió jamás una ayuda al Mides, a INDA ni a ninguna institución porque se ganaban el mango honestamente.
Esta nueva realidad los lleva a que hoy varios de ellos estén concurriendo a ollas populares.
Cuando me dicen "como puede ser que en 20 días ya pululen las ollas", les muestro este tipo de historias, gente que todos los días recaudaba y ahora lamentablemente no lo pueden hacer.
Gente que vive de la gente, gente que merece ser tenida en cuenta, no son vagos, no quieren limosna, necesitan un sustento temporal.
No la limosna vergonzosa que ofrecen.
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